El Hotel Virrey de Arnedo acogió ayer el primer «Death Cafe» en La Rioja, una jornada de debate en la que los asistentes pudieron compartir experiencias sobre la muerte y charlar de forma tranquila y sosegada en un ambiente cálido y acogedor.

¿Quién está detrás de esta iniciativa?, la Asociación Contigo, un colectivo puesto en marcha por Gloria Plaza y su marido con el fin de normalizar la muerte y dar respuesta a todas aquellas preguntas que se realizan las personas ante estas situaciones.

Gloria Plaza, después de estudiar la carrera de psicología, no encontró en ella una faceta que le llenase. Por circunstancias personales y profesionales la dejó de lado durante un tiempo por trabajar en departamentos de personal en varias empresas. Pasado un tiempo, empezó a interesarse por el tema de la muerte y cómo afrontarla. Decidió formarse en Barcelona a través del Máster en Acompañamiento, duelo, pérdidas y traumas, que realiza la Universidad de Barcelona.

Electium

Entrevista a Gloria Plaza

¿Como surge “Death Cafe” Arnedo? ¿Qué objetivos perseguís?

Es un movimiento internacional. El primero de estos actos en España se celebró en Vitoria en 2016. Perseguimos un encuentro informal en el que se compartan experiencias, inquietudes y opiniones sobre la muerte para valorar más la vida.

Hay que normalizar la muerte y compartir estas inquietudes nos permite sentirnos mejor.

Entendemos que vuestro propósito es romper el tabú que supone hablar de un tema tan peliagudo como es el de la muerte. ¿Cómo lo lográis? ¿Utilizáis alguna dinámica de grupo?

Es un encuentro muy informal con una dinámica de presentaciones. No utilizamos un formato cerrado sino que dependiendo de la dinámica de grupo vamos avanzando. Normalmente no hace falta sugerir nada, la gente que asiste está llena de curiosidad.

¿Qué necesidad tiene nuestra sociedad de hablar de la muerte?

Está muy escondida y cada vez más. Es un tema que se evita y se esconde mucho. Ahora se lleva a las afueras de las ciudades, a los tanatorios y parece como si no pasara nada.

La muerte es quizá la única verdad absoluta que tenemos todos, ¿Cuál es la mejor forma de aceptar esta realidad?

Aconsejaría ver la película de “Mi vida sin mí” de Isabel Coixet. A través de esa película vemos la manera de dejar las cosas arregladas, a través de cartas u otros medios, para pensar en los que se quedarán cuando yo falte. De esta manera el duelo es más llevadero.

Es por ello que debemos acercarnos a la muerte, a través de la literatura, el cine o a través de este tipo de charlas. Hay que hablar de ciertos temas porque siempre están ahí.

¿Por qué es necesario hablar de la muerte? ¿Debería educarse a las personas en ella?

Por supuesto que sí. A veces transmitimos nuestros miedos a los niños y su capacidad de espontaneidad les permite reaccionar de otra manera.

No podemos estar todo el día echando tierra encima.

¿Les resulta más complicado hablar de la muerte a la gente joven que a las personas mayores?

Cuando yo era joven se murió mi vecino con 9 años y lo hablamos con naturalidad. Hay gente mayor con la que directamente no se puede hablar de estos temas.

Siento que los mayores no dedican suficientes esfuerzos a explicar este tema a los más jóvenes.

¿Tienen algún tipo de intención pedagógica?

Sobre todo se trata de normalizar la muerte. Hablar del tema. Que no se tenga miedo ante una realidad.