La joven investigadora arnedana, Gloria Álvarez, del Centro de Investigación Biomédica en Red, en el Área de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd), forma parte del equipo que ha diseñado una molécula que demuestra efectos protectores y regenerativos en el hígado graso.
El trabajo, publicado en la revista científica Gut, abre nuevas vías en el abordaje en la cirugía hepática y el tratamiento del daño hepático agudo.
El hígado graso, o la esteatosis, es una patología que está alcanzando una incidencia alarmante en la sociedad, al estar asociada a la epidemia de obesidad que afecta a los países en desarrollo. El hígado graso no sólo contribuye al deterioro hepático y a la aparición de cirrosis y tumores, sino también al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y de diabetes.
El trabajo realizado en el CIMA, con parte de apoyo económico de la Fundación MTorres, analiza un factor de crecimiento, FGF15/19, que está implicado en el metabolismo de las grasas. Su ausencia en el organismo altera la regeneración hepática tras una resección parcial del hígado. “En nuestro laboratorio hemos estudiado esta proteína en modelos animales de alimentación con una dieta rica en grasas y hemos comprobado que juega un papel muy importante en el metabolismo de los lípidos, contribuyendo a evitar la aparición del hígado graso”, explican los profesores Matías Ávila y Carmen Berasain, del Programa de Hepatología del CIMA. “Para este estudio hemos contado con la colaboración esencial de la arnedana Gloria Álvarez e Iker Uriarte, investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red en el Área de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd), adscritos al Programa de Hepatología, así como del Dr. Pedro Berraondo, investigador del Programa de Inmunología e Inmunoterapia del CIMA”.
Efectos hepatoprotectores y prorregenerativos
Por otra parte, los investigadores han diseñado una nueva molécula quimérica basada en el FGF15/19, denominada Fibapo, que demuestra propiedades farmacológicas en la regeneración del hígado graso. “En concreto, el Fibapo retiene la actividad de este factor de crecimiento sobre el metabolismo de las grasas y muestra potentes efectos hepatoprotectores y prorregenerativos, con un mejor perfil farmacocinético que el propio FGF15/19”.
Los resultados publicados en Gut sugieren un nuevo abordaje para la prevención o el tratamiento de los pacientes con hígado graso que requieren una resección hepatica. “La utilización de moléculas basadas en este factor de crecimiento podrían mejorar la regeneración del hígado tras su resección o trasplante”, asegura el Dr. Ávila, director del Programa de Hepatología del CIMA.