El Instituto de Estudios Riojanos acaba de publicar un libro sobre la cultura de la Enfermería en el Siglo XX en La Rioja, haciendo un repaso por las creencias, el arte, la moral, las costumbres y otros hábitos adquiridos por las enfermeras en sus diferentes versiones, desde que eran consideradas Enfermeras, Practicantes, Matronas, Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS), Diplomados en Enfermería y ahora Graduados en Enfermería.
Los jóvenes enfermeros arnedanos, Ana Cobos (1989) y Pablo del Pozo (1993) son autora y coautor de esta publicación junto a Jorge Mínguez, Regina Ruiz de Viñaspre y Pablo A. Sáinz, todos ellos miembros de la sección riojana del Grupo de investigación Aurora Mas de la Universidad de Zaragoza.
Ana Cobos Rincón, nacida en Arnedo en 1989, es Diplomada en Enfermería por la Universidad de La Rioja y Máster en Ciencias de la enfermería por la Universidad de Zaragoza. Es miembro del Seminario de Historia de la Enfermería y próximamente leerá su tesis en la Universidad de Zaragoza. Actualmente, desarrolla su actividad en el Servicio de Diálisis de la Fundación Hospital de Calahorra.
Pablo del Pozo Herce, nacido también en Arnedo en 1993, es Graduado en Enfermería por la Universidad de La Rioja y Máster en Investigación en Ciencias de la Enfermería por la Universidad de Alicante y ha iniciado estudios de Doctorado en la línea de cultura de cuidados y es socio de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC). Actualmente, desarrolla su actividad en el Hospital San Pedro tras ser responsable del Área Sanitaria del Centro de Día Gonzalo de Berceo.
¿Cómo surge la idea de escribir el libro?
La idea surge en una conversación entre Jorge y Ana en la que él le plantea la necesidad de investigar la formación de las enfermeras en La Rioja, así como su evolución. Aprovechando el inicio de su tesis, nos pusimos en contacto con el Seminario de Historia del grupo de investigación Aurora Más de Zaragoza del que también formaba parte Regina y le planteamos el proyecto, al que se unió encantada.
Poco después conseguimos una beca del IER, y ofrecimos a Pablo del Pozo y Pablo A. Sáinz colaborar en el proyecto iniciado pues seguro tenían mucho que aportar, enriqueciendo al grupo y trabajando en equipo, lo que resulta muy importante en nuestra profesión.
¿Cuál es el objetivo de esta publicación?
Se pretende describir la cultura enfermera en La Rioja y reflejar la evolución de la disciplina, describiendo los diferentes procesos del cuidado a través de los documentos escritos, las leyes que los sustentan, las personas y los espacio donde se han ido desarrollando, observando diferentes perspectivas del cuidado y la labor enfermera.
También refleja cómo los cambios políticos, culturales y sociales de la época han influido en la disciplina, pasando por la unificación de los colegios y los cambios que ha tenido el papel de la Enfermería en el sistema de salud, además de comprender cómo este término es modelado con el paso del tiempo y cómo se cambió de un paradigma positivista, pasando por el hermenéutico hasta el socio critico que es en el que nos encontramos hoy en día.
¿Qué aporta a la Enfermería?
Creemos que este libro ayuda a comprender cómo ha ido evolucionando la Enfermería en La Rioja y no solo mediante textos y actas escritas, sino también mediante entrevistas que enriquecen y cuentan sus vivencias de practicantes, matronas, ayudante técnico sanitario (ATS) y enfermeras y por supuesto, cómo ellos lo han vivido.
Hasta ahora apenas había nada escrito sobre este tema y creemos que hemos asentado la base para seguir investigando y desarrollando la profesión, que aún queda mucho por hacer pero que está en nosotros el poder hacerlo porque investigación que no se publica, no existe y la que no se cita, deja de existir.
El ser humano tiende a imitarse y creo que el que otros compañeros vean que jóvenes enfermeros como nosotros hemos podido formar parte de este proyecto, se animarán a participar o al menos tener motivación por ello.
¿Y a nivel personal?
Nos ha ayudado a seguir formándonos como persona y como enfermeros, comprender y trabajar en equipo con compañeros, ver que contamos con profesores cualificados y reconocidos a nivel internacional y ha sido una gran experiencia para hacer algo nuevo, rompiendo con lo convencional.
Y sobre todo creo que lo que más ha aportado es VISIBILIDAD a la Enfermería, en mayúsculas, porque somos invisibles y nuestra labor enfermera no es reconocida, por eso creemos que esto ayudará, sin lugar a dudas, a que se potencie la disciplina y siga desarrollándose, evolucione y se consiga motivar a estudiantes a que formen parte de los equipos de investigación.
Pablo, ¿cómo es la vida de un enfermero?
Nunca me lo habían preguntado antes, pero la vida de un enfermero es intensa y hay que saber llevarla, ser constante, siempre dispuesto a aprender y tener mucha paciencia, mente fría porque en muchos casos vas a necesitarla para tomar decisiones rápidas y actuar sin demora cuando la situación lo exige, tener la mente abierta para comprender y saber trabajar en equipo, y sobre todo no perder la empatía en ningún momento, esto es algo vocacional, y eso es lo que nos hace humanos, el cuidado y el trato con las personas, trabajamos bajo presión y en muchos casos eso no se valora.
Ana, ¿y la de una enfermera?
Coincido con Pablo en que es intensa, apasionante y a la vez gratificante. Nunca paras de aprender, de formarte y de ver cosas nuevas y diferentes. Son muchas horas de contacto directo con personas, que te enseñan lo que los libros no saben. Aprendes a comprender, respetar y acompañar incluso en los momentos duros.
Es una profesión que te hace madurar y crecer como persona, y donde el trabajo en equipo es imprescindible para conseguir resultados óptimos.
¿Creéis que Arnedo es un vivero de talento desde el punto de vista sanitario?
Las personas que nos dedicamos a la sanidad estamos constantemente actualizándonos en nuevas técnicas de cuidados, nuevos procedimientos, terapias, desarrollos de actualizaciones, fármacos, pruebas… y no podemos quedarnos atrás.
Obviamente el querer seguir avanzando y desarrollándose como enfermero es propio de cada uno, pero conocemos a personas de Arnedo y amigos, que se dedican como nosotros a la sanidad y todos ellos siguen formándose, bien sea a través del doctorado o mediante la especialidad, pero poco a poco van teniendo sus reconocimientos, que seguro que llegarán lejos.
Ana, ¿cómo ha sido tu vida desde que acabaste la carrera?
Acabar la carrera para mí solo fue el punto de partida para empezar muchas otras cosas. Nunca he dejado los libros, pues seguido me embarqué en el Máster a la vez que trabajaba, además de complementarlo con cursos, congresos y nuevos proyectos.
Y tras ello, me metí de lleno en la investigación, iniciando el Doctorado y el punto donde me encuentro ahora, con la suerte de haber conseguido formar un grupo de investigación en nuestra comunidad, con compañeros muy potentes, que empieza a dar sus primeros pasos.
¿Y la tuya, Pablo?
Un no parar, cada vez me propongo más retos y todo se va consiguiendo, he tenido la suerte de poder compaginar el trabajo con el Máster y ahora continuamos con el Doctorado, publicaciones, Congresos Nacionales e Internacionales… Todo esto es un proceso lento y costoso en el que no hay que rendirse.
Cuento con el apoyo de muchas personas a mi lado y en muchos casos hay que sacar tiempo de donde no lo hay para leer, releer, analizar artículos y ponerse a escribir porque pasas horas delante de un ordenador y días en los que no escribes nada, pero con esfuerzo, dedicación y tiempo consigues resultados tan satisfactorios como la publicación del primer libro del que tengo el placer de formar parte.