Javier Sáenz Pérez Aradros, Julia Rubio, Maria Dolores Zapata, Ignacio López Mendive y Carla Ovejas
Javier Sáenz Pérez Aradros, Julia Rubio, Maria Dolores Zapata, Ignacio López Mendive y Carla Ovejas

Tres jóvenes, una queleña y dos arnedanos, Carla Ovejas, Javier Sáenz Pérez-Aradros e Ignacio López Mendive, estudiantes de la Universidad de La Rioja y exalumnos del IES Celso Díaz de Arnedo, ha sido homenajeados este lunes por la UR tras haber obtenido los mejores expedientes académicos en sus respectivos estudios: Carla, en el Grado de Estudios Ingleses; Ignacio, en el Máster en Profesorado (Especialidad en Matemáticas) y Javier en el Grado de Geografía e Historia.

De esta forma, se demuestra una vez más el talento y las capacidades de los jóvenes de la comarca de Arnedo y así ha quedado patente durante el acto del XXVII Día de la Universidad de La Rioja.

La directora del IES Celso Díaz de Arnedo, Julia Rubio y una de las profesoras, María Dolores Zapata, han querido acompañar a sus exalumnos en este acto tan emotivo de reconocimiento que ha tenido lugar en el Aula Magna del Edificio Quintiliano de la Universidad de La Rioja, donde se ha homenajeando a los mejores estudiantes, deportistas y al personal jubilado.

Homenajeados por la Universidad de La Rioja

Julio  Rubio  García,  rector  de  la  Universidad  de  La  Rioja,  ha presidido este  acto  académico  que conmemora  el  aniversario  de  la  aprobación  de  la  Ley  de  Creación  de  la Universidad de La Rioja, que tuvo lugar el 14 de mayo de 1992 por unanimidad en el Congreso de los Diputados.

Ante los titulados universitarios, el rector ha afirmado que “vivimos en el reino de la superficialidad”. “Y querríamos, no sé si de modo ingenuo o utópico, que la universidad fuese un valladar contra estas tendencias sociales; la universidad anhela lo profundo, lo reflexivo, lo reposado”, ha explicado.

Citando a  la  pensadora  Simone  Weil,  les  ha  animado  a  “combatir  la  crisis  de  atención”.  “Ayudadnos  a conseguir que en esta sociedad de lo efímero, del ruido y la furia, la universidad sea un oasis de serenidad, de reflexión y de transformación”, ha concluido.