Varios arnedanos confinados en un Pub de Cambrils durante la operación antiterrorista

Un grupo de jóvenes arnedanos desvelan cómo han vivido en primera persona el tiroteo de esta madrugada en Cambrils tras los atentados de Barcelona

Si ayer contábamos la historia de Miguel Pérez, un arnedano que vivió en primera persona el ataque a Barcelona, hoy damos a conocer el relato de un grupo de jóvenes arnedanos, que se encontraban esta madrugada por la zona del Club Náutico de Cambrils y se han visto sorprendidos por el operativo policial de los Mossos para abortar un segundo atentado en esta ciudad tarraconense, acabando con la vida de los cinco presuntos terroristas, unas horas después del primero en Las Ramblas de Barcelona.

Así nos ha relatado uno de estos jóvenes, que prefiere mantenerse en el anonimato, cómo lo ha vivido en primera persona:

TRANQUILIDAD
Último día de vacaciones, familia, amigos, mojito en mano y risas. PUM PUM PUM (tiros), de repente me giro, gente corriendo, me levanto y grito:«¡corred, corred, corred!».

CAOS.
Gente corriendo por todos lados intentando refugiarse en bares y tiendas, he perdido a los míos, un poco mas adelante veo a dos de ellos, los mas pequeños,y echo a correr hacia ellos para no dejarlos solos.

MIEDO.
Mi cabeza piensa que ojala sean petardos y haya sido una falsa alarma. Entramos los tres a una tienda, nos dice que esta cerrando, le explico, ni caso.

Vuelta al miedo, vuelta a correr, nos vamos mas lejos de lo sucedido, echo la vista atrás ninguno de los míos.

De repente, una heladería que esta cerrando pero tiene la puerta abierta, con nosotros entra mas gente, la dueña se enfada, dice que le hemos tirado alguna silla, le explicamos que creemos que ha habido un tiroteo y que por favor cierre todo, miro Twitter cada dos segundos para ver si dicen algo.

SILENCIO.
Todavía es demasiado pronto. Los dependientes se van yendo y nos dice que tenemos que irnos que no ha pasado nada.

TERROR.
Al otro lado veo un bar, habíamos cenado la noche anterior, tampoco se lo cree. Los tres estamos muy nerviosos, le explico y le ruego que cierre el bar, nos dice que o nos tranquilizamos o nos echa, al lado nuestro una pareja de franceses, nerviosos, les ayudamos les decimos que cuando vengan a buscarnos pueden venir con nosotros, el del bar sigue insistiendo en no cerrar, nos metemos al baño, al rato nos saca y nos dice que o nos sentamos o nos vamos.

LLAMADAS.
Que todos estén bien, al rato uno de los padres viene a recogernos para llevarnos donde están ellos, un paso en la calle y un gran nudo en la garganta, con nosotros la pareja francesa, corremos, calles vacías, sirenas por todos los lados, ambulancias y coches de la policía pasando como estrellas fugaces. Llegamos con todos a un restaurante, nos dicen que subamos a la segunda planta , ahí están todos.

NO.
Nos falta una, se ha quedado en otro restaurante, esta bien y a salvo. Nos vamos informando por redes sociales y fuentes oficiales. Cuatro muertos y uno herido. Poco a poco nos vamos tranquilizando pero aun tenemos que llegar a casa, confusión y llamadas a la familia.

TODOS ESTAMOS BIEN.
No puedo describir con palabras como me siento. Las 3:30 de la mañana y aun no nos dejan salir, la dueña del restaurante nos da agua.

GRACIAS.
Viene un policía, nos dice que hacia un lado podemos ir, pero al otro no, mi apartamento está cerca de donde ha sucedido todo. Aun no estamos todos juntos.

Le hablamos, le decimos que en un bar cercano hay una persona que viene con nosotros, salimos, ya esta todo mas tranquilo, amablemente nos acompaña, pero dice que no puede hacer nada por el momento, decidimos irnos al apartamento de la otra familia, se queda uno para esperarla y poder reunirnos todos.

CONFUSIÓN.
Caminamos rápido mirando de un lado para otro, evitamos callejas y la carretera, se oye un helicóptero.

TENSIÓN.
Ya casi estamos, todos nerviosos, sin decir palabra.

LLEGAMOS.
Tele, noticias, que ha pasado realmente, inquietos por las dos personas que faltan, no perdemos el contacto en ningún momento, necesitamos saber que están bien.

04:30. Por fin, llegan.

ABRAZO.
Aun tenemos que ir hasta nuestro apartamento, nos dicen que esta todo lleno de policía, con valor salimos, vamos caminando despacio, mirando de lado a lado, vemos policía, nos tranquiliza un poco.

POR FIN.
Nuestro apartamento, a salvo. Nerviosos, contándonos unos a otros lo que hemos vivido, ya mas tranquilos nos vamos metiendo a la cama.

¿DORMIR?
Misión imposible, al final caemos ante el cansancio y la confusión.

A la mañana siguiente, nos decimos que estamos a salvo, que no debemos tener miedo, que no podemos dejar de hacer nuestras vidas por gente miserable que no se merece este mundo, que hay que disfrutar la vida al máximo y disfrutar cada momento por pequeño que sea.

Nunca se me olvidará aquel mojito de Cambrils. GRACIAS

 

*Este relato es tal y como nos lo ha contado uno de los jóvenes arnedanos. Hemos preferido no editarlo para captar la esencia de lo vivido.